Por Eva Giberti*
**Alguien se equivoca si piensa que el 3
de junio del año 2015 fue un brote de furia organizado por mujeres enardecidas.
Las acompañaron algunos varones esclarecidos y otros tantos oscuros y
oportunistas. Fue una furia cotidiana que quedó a la vista, la estridencia
visual de los cuerpos que mostraban las cicatrices y los carteles: “A mí me
quiso quemar viva…”
Alguien se equivoca si piensa que vamos
a contar cuántas calles se ocuparán este 3 de junio del año 2016, porque la
política no se mide con la vara de las estadísticas sino que se la reconoce
cuando se hace presente allí donde hace falta. Y NiUnaMenos es la política.
Una comunidad de mujeres en la que cada
cual puede decir lo que quiere, lo que piensa, lo que le pasó. Una comunidad de
comunicación, en comunicación para transformar lo que se creía individual en un
manifiesto donde se denuncia a los homicidas, a los golpeadores, a los jueces,
a los violentos, a los policías, a los gendarmes y a cualquier fuerza de
seguridad.
Unidas en una unidad que,
asombrosamente, se define “afuera” de las mujeres, en el espacio que les había
sido históricamente limitado, la calle. Están unidas desde adentro, desde la
reunión que las convoca, pero no es allí donde recala la energía sino en la
sonoridad de los gritos que la calle recoge, como palabras que se desatan en un
“afuera” que ellas expropian. Es desde ese “afuera”, ahora ganado masivamente,
como una calle que antiguamente se recorría con breves carteles pidiendo por el
derecho al voto, es desde ese lugar de donde parten los contraproyectos que
intentan torcer y silenciar los movimientos de mujeres. Ahí donde se debe atender
con energía porque de allí provienen las impunidades, las indiferencias, las
negligencias y la permanente autorización social para tolerar la violencia
contra las mujeres.
En ese “afuera” se asientan los que
juegan con la violencia que ahora llaman de género para disimular la violencia
patriarcal, y digo que juegan porque la exhiben en los medios como territorio
de disputa para opinadores e ideólogos apostando al mayor rating posible.
Comparten los espacios con las mujeres que, hace años ya, decidieron mostrarse
ante una cámara y desnudar las señales que la quemazón y los tajos marcaron
para su memoria, también enseñanza para que otras aprendan a no desobedecer al
varón.
En ese “afuera” se arriesga el
secuestro de las distintas formas de violencias contra las mujeres al confundir
la tremenda posibilidad de hablar y denunciar que hemos ganado en las luchas
cotidianas con el chiste de doble sentido de los denominados “humoristas” de
los medios que no pueden eludir la violencia machista de sus decires, los
locutores y los conductores que hablan de la víctima de violación porque
“regresaba tarde a su casa” y entonces claro… Exculpando al violador porque la
autodeterminación de la víctima la condujo a elegir su hora de regreso.
También el riesgo de secuestro de lo
que se ha ganado en materia de esclarecimiento acerca de violencia contra las
mujeres reside en el intento sostenido de impedir que nos autolegislemos,
tomemos las palabras por nosotras, para nosotras y regulemos aquello que nos
corresponde regular. Y en NiUnaMenos está muy claro que el varón se ha
aposentado como contendiente perdurable, que se nos acerca para complejizar el
espectáculo de los encuentros multitudinarios mostrando que nos apoyan pero
desde sus estrados y sillones de potestad juegan a otro juego. También desde la
domesticidad de la violencia familiar, doméstica, siempre patriarcal, siempre
contra las mujeres. De eso hablamos en NiUnaMenos, entonces no se retuerzan los
masculinos solicitando ecuanimidades porque nosotras tendríamos que saber que
no todos los varones son violentos… Nosotras hablamos desde NiUnaMenos, donde
nos falta UNA. Desde ese lugar, que es el de la política, localizamos a los
femicidas que pretenden argumentar accidentes, advertimos que las estadísticas
crecen y alzamos los textos de la ley.
*Coordinadora del Programa Las Víctimas Contra Las
Violencias del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación
** Publicado en el Diario Página/12 el Miercoles 1 de Junio de 2016