CELICA GARCIA DECLARO EN EL JUICIO ESMA POR LA DESAPARICION DE SU HERMANA DIANA IRIS GARCIA. La familia de Diana García fue a hablar con el vicario Emilio Graselli para que los ayudara a encontrarla. Nunca tuvieron respuestas, pero en Navidad recibieron una postal firmada por el cardenal Raúl Primatesta que decía “sin ausencias, sin angustias, sin odios”.
Publicado en Página/12. "El País".
15.05.2013
En el final de la audiencia, Célica García sacó una tarjeta de Navidad que guardó durante más de treinta años. “Una Navidad feliz y en paz”, decía el cartón con fecha de emisión 5 de septiembre de 1977 y la firma del “Cardenal Raúl Francisco Primatesta, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina”. La tarjeta, reveladora del lugar de la Iglesia en la última dictadura y del modo en el que circuló la información, provocó escalofríos en la sala. “El respeto a los derechos humanos es el camino más seguro hacia la paz”, decía en la parte de arriba. Abajo, un pino dibujado y rodeado por siluetas de personas. “Sin ausencias, sin angustias, sin odios”. Y en el final: “Es el anhelo de los argentinos para cristalizar el propósito enunciado por el presidente teniente coronel Jorge Rafael Videla”.
En la sala de audiencias de Comodoro Py donde se sustancia el juicio por los crímenes de la Escuela de Mecánica de la Armada, alguien expresó en voz alta aquello que la tarjeta parecía estar señalando: “Acá no hay desaparecidos”. Un testigo histórico, sentado poco más atrás, en la sala, se quedó mirando los colores amarillos que todavía se ven detrás del pino: “Esas no son luces, sino llamas”. Las siluetas dando vueltas, en este presente de la sala, no eran otra cosa que la evocación de las siluetas de los desaparecidos. Célica miró a los jueces: “Esto fue lo que mi madre recibió para que tengamos una Navidad feliz”, dijo.
Célica fue a dar testimonio por su hermana Diana Iris García, psicóloga, recibida en La Plata y para 1976 militante de Montoneros. Diana estaba de novia con Miguel Coronato Paz hijo, de Montoneros zona norte y colaborador de Ancla. A Diana la secuestraron el 15 de octubre de 1976 en Córdoba y San Martín, pleno centro porteño, con otra compañera, Graciela García. Sus secuestros en esta etapa del juicio se leen como parte de la avanzada de los marinos sobre esa área de prensa de la organización.
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En la sala de audiencias de Comodoro Py donde se sustancia el juicio por los crímenes de la Escuela de Mecánica de la Armada, alguien expresó en voz alta aquello que la tarjeta parecía estar señalando: “Acá no hay desaparecidos”. Un testigo histórico, sentado poco más atrás, en la sala, se quedó mirando los colores amarillos que todavía se ven detrás del pino: “Esas no son luces, sino llamas”. Las siluetas dando vueltas, en este presente de la sala, no eran otra cosa que la evocación de las siluetas de los desaparecidos. Célica miró a los jueces: “Esto fue lo que mi madre recibió para que tengamos una Navidad feliz”, dijo.
Célica fue a dar testimonio por su hermana Diana Iris García, psicóloga, recibida en La Plata y para 1976 militante de Montoneros. Diana estaba de novia con Miguel Coronato Paz hijo, de Montoneros zona norte y colaborador de Ancla. A Diana la secuestraron el 15 de octubre de 1976 en Córdoba y San Martín, pleno centro porteño, con otra compañera, Graciela García. Sus secuestros en esta etapa del juicio se leen como parte de la avanzada de los marinos sobre esa área de prensa de la organización.
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