* Por Eva Giberti
**El silencio siempre apagó el conocimiento de los hechos. Los
adultos desconocían o negaban aquello que podían sospechar y los niños,
temerosos, a veces avergonzados, no hablaban. De este modo el abuso sexual
contra niños, niñas y adolescentes ha permanecido en la penumbra durante
décadas.
En oportunidades la confidencia surge desde un adulto que en sus
sesiones de psicoterapia, repentinamente, comienza contar lo que le sucedió
cuando tenía seis o siete años. No entendía cuál era su responsabilidad en lo
que le sucedía. El abusador le comentaba que "eso que hacían" era
"un juego entre ellos y que debía permanecer en secreto".
La intimidad entre el abusador y su víctima resulta de la
relación entre ellos. Las estadísticas internacionales son explícitas: el mayor
porcentaje de abusos sexuales la producen familiares cercanos, prioritariamente
el padre. De allí, el tormento que para el menor significa asumir que la figura
tutelar, que también puede ser un abuelo o un tío, figuras que se instituyen
como modelos y protectores, sean aquellas que se anudan a prácticas delictivas.
Si el silencio es la clave que
impide intervenir para detener la tortura que padecen tantos niños y niñas, se
trata entonces de hablar. Esta ha sido una decisión del Ministerio de Justicia
de la Nación, mediante su Programa Las Víctimas contra las Violencias que desde
noviembre del año 2016 ha instalado un número nacional, el 0800-222-1717, para
recibir llamados que solicitan orientación. El teléfono es atendido por un equipo de
profesionales, psicólogas, trabajadoras sociales, asesorado por abogadas. ¿Qué
es lo que nos llega? Voces de adultos que refieren su conocimiento de una
criatura abusada o bien que narran sus propias historias de infancia. Todos
ellos necesitan una escucha.
Se identifica a quien se comunica y se le sugiere que recurra al
organismo de Protección de la Niñez de su zona, cuya dirección aportamos. Y se
hace un seguimiento de cada caso.
* Coordinadora del Programa Las Víctimas Contra Las Violencias. ** Publicado en el diario La Nación el día 23 de septiembre del 2017
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