Por Jacinto Granda. Corresponsal Jefe de Prensa Latina en México.
En un nuevo pasaje de los menores de edad reclutados por el crimen organizado mexicano, se conoció que también son usados como "mulas" en el traslado de drogas hacia Estados Unidos.
Tienen generalmente entre 11 y 17 años de edad y son hijos de mexicanos, latinos en general o estadounidenses que viven en ambos países, pero los preferidos son estos últimos porque tienen la ventaja de la nacionalidad norteamericana.
Especialmente incorporan a aquellos que integran pandillas juveniles en Estados Unidos, y por tanto, ya tienen una experiencia delictiva.
La información sobre ese reclutamiento de niños y adolescente acaba de ser proporcionada por la agencia antidroga estadounidense (DEA).
Los pagos que reciben dependen del grupo criminal que los recluta, aunque Los Zetas y el cártel del Golfo pagan un salario más alto, unos 500 dólares por cada cruce fronterizo de la droga.
Sin embargo, ese trabajo de "mula" es de menos magnitud criminal que otros también desempeñados por muchos de ellos, como el de asesino, ejecutor de diversas acciones delictivas, espía y vigilante (llamados aquí "halcones").
Para México la mayor amenaza del crimen organizado no es su extrema violencia, sino la presencia creciente en sus filas de jóvenes y hasta niños, coinciden analistas.
Lo que está en juego, afirman, es que así continuará la progresión de la delincuencia y hasta podría llegar a alcanzar niveles ya indetenibles.
El escritor mexicano Carlos Fuentes alertó: el gran peligro que veo en México es que los jóvenes desvíen su destino y se vayan al crimen.
Representantes de sectores sociales se preguntan cuánto puede esperarse de esas decenas de miles de niños y muchachos que crecen dentro de un mundo de asesinatos, secuestros, drogas, abusos y tantas otras manifestaciones de corrupción y marginalidad.
Incluso algunos son convertidos en sicarios, como Beto, de la Familia Michoacana, quien con menos de 17 años ya había asesinado al menos a 18 personas, o Gloria, de 13 años, también captada para matar.
De acuerdo con varias fuentes, se estima que las organizaciones criminales han reclutado por lo menos a 35 mil con edades fluctuantes entre 12 y 17 años.
Pero ellos son, al mismo tiempo, también víctimas. De acuerdo con datos oficiales, en los últimos cuatro años más de dos mil 500 fueron asesinados en enfrentamientos entre bandas rivales.
A ello se añade la dramática cifra de que cada 10 muertos, siete son jóvenes.
En los últimos cinco años, las Fuerzas Armadas y la Procuraduría General de la República han detenido a más de cuatro mil "chavos" por estar vinculados con la delincuencia organizada; entre sus delitos se encuentran homicidio, secuestro, tortura, tráfico de drogas y robo.
Para su reclutamiento, los narcotraficantes aprovechan la condición de pobreza de sus presas.
El narcotráfico obtiene millonarias ganancias y sus cabecillas cuentan con grandes cantidades de dinero para sus operaciones, compras de armas, sobornos y captación de personal, en el cual incluyen a los menores.
El sitio digital sipse.com.noticias publicó, en un reciente informe de la ONU, que los ingresos del narcotráfico en México ascienden a 14 mil millones de dólares anuales, aunque otras fuentes consideran la cifra aún mayor.
De ahí que la principal fuente de este reclutamiento de los cárteles son los siete millones 819 mil 180 mexicanos de 12 a 29 años de edad, quienes no tienen empleo ni tampoco asisten a la escuela.
Ellos son así muy vulnerables ante las provocativas ofertas de los criminales.
El gobierno, la oposición y los sectores civiles coinciden en que la solución medular de este tan grave problema que azota al país es resolver esa falta de oportunidades para la juventud marginada.
México es un país de jóvenes. Datos del Instituto de Estadística revelan que la mitad de sus habitantes tienen 26 años o menos y la proporción de niños (de 0 a 14 años de edad) es del 29.1 por ciento.
El futuro corresponderá a ellos. El rector de la Universidad Autónoma de México, José Narro, aseguró que las actuales "generaciones de adultos tenemos la obligación de trasmitir a los jóvenes las mismas condiciones que años atrás tuvimos para formarnos y salir bien en la vida".
Tienen generalmente entre 11 y 17 años de edad y son hijos de mexicanos, latinos en general o estadounidenses que viven en ambos países, pero los preferidos son estos últimos porque tienen la ventaja de la nacionalidad norteamericana.
Especialmente incorporan a aquellos que integran pandillas juveniles en Estados Unidos, y por tanto, ya tienen una experiencia delictiva.
La información sobre ese reclutamiento de niños y adolescente acaba de ser proporcionada por la agencia antidroga estadounidense (DEA).
Los pagos que reciben dependen del grupo criminal que los recluta, aunque Los Zetas y el cártel del Golfo pagan un salario más alto, unos 500 dólares por cada cruce fronterizo de la droga.
Sin embargo, ese trabajo de "mula" es de menos magnitud criminal que otros también desempeñados por muchos de ellos, como el de asesino, ejecutor de diversas acciones delictivas, espía y vigilante (llamados aquí "halcones").
Para México la mayor amenaza del crimen organizado no es su extrema violencia, sino la presencia creciente en sus filas de jóvenes y hasta niños, coinciden analistas.
Lo que está en juego, afirman, es que así continuará la progresión de la delincuencia y hasta podría llegar a alcanzar niveles ya indetenibles.
El escritor mexicano Carlos Fuentes alertó: el gran peligro que veo en México es que los jóvenes desvíen su destino y se vayan al crimen.
Representantes de sectores sociales se preguntan cuánto puede esperarse de esas decenas de miles de niños y muchachos que crecen dentro de un mundo de asesinatos, secuestros, drogas, abusos y tantas otras manifestaciones de corrupción y marginalidad.
Incluso algunos son convertidos en sicarios, como Beto, de la Familia Michoacana, quien con menos de 17 años ya había asesinado al menos a 18 personas, o Gloria, de 13 años, también captada para matar.
De acuerdo con varias fuentes, se estima que las organizaciones criminales han reclutado por lo menos a 35 mil con edades fluctuantes entre 12 y 17 años.
Pero ellos son, al mismo tiempo, también víctimas. De acuerdo con datos oficiales, en los últimos cuatro años más de dos mil 500 fueron asesinados en enfrentamientos entre bandas rivales.
A ello se añade la dramática cifra de que cada 10 muertos, siete son jóvenes.
En los últimos cinco años, las Fuerzas Armadas y la Procuraduría General de la República han detenido a más de cuatro mil "chavos" por estar vinculados con la delincuencia organizada; entre sus delitos se encuentran homicidio, secuestro, tortura, tráfico de drogas y robo.
Para su reclutamiento, los narcotraficantes aprovechan la condición de pobreza de sus presas.
El narcotráfico obtiene millonarias ganancias y sus cabecillas cuentan con grandes cantidades de dinero para sus operaciones, compras de armas, sobornos y captación de personal, en el cual incluyen a los menores.
El sitio digital sipse.com.noticias publicó, en un reciente informe de la ONU, que los ingresos del narcotráfico en México ascienden a 14 mil millones de dólares anuales, aunque otras fuentes consideran la cifra aún mayor.
De ahí que la principal fuente de este reclutamiento de los cárteles son los siete millones 819 mil 180 mexicanos de 12 a 29 años de edad, quienes no tienen empleo ni tampoco asisten a la escuela.
Ellos son así muy vulnerables ante las provocativas ofertas de los criminales.
El gobierno, la oposición y los sectores civiles coinciden en que la solución medular de este tan grave problema que azota al país es resolver esa falta de oportunidades para la juventud marginada.
México es un país de jóvenes. Datos del Instituto de Estadística revelan que la mitad de sus habitantes tienen 26 años o menos y la proporción de niños (de 0 a 14 años de edad) es del 29.1 por ciento.
El futuro corresponderá a ellos. El rector de la Universidad Autónoma de México, José Narro, aseguró que las actuales "generaciones de adultos tenemos la obligación de trasmitir a los jóvenes las mismas condiciones que años atrás tuvimos para formarnos y salir bien en la vida".
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