Publicado en Página/12. "Sociedad".
11.04.2013
El caso de las hermanas Ailén y Marina Jara remite a otros, donde mujeres jóvenes y pobres pasan de víctimas a victimarias, a partir de la mirada sexista y discriminatoria de un aparato policial/judicial que naturaliza e invisibiliza la violencia de género y devalúa las voces femeninas que se animan a defenderse de la opresión masculina.
En Jujuy, Romina Tejerina fue condenada a 14 años de cárcel en 2005 por matar a la beba que acababa de dar a luz, después de ocultar el embarazo, que ella dijo –y ni la policía ni la Justicia le creyó– había sido producto de una violación perpetrada por un vecino. ¿Cómo probar si una relación sexual fue consentida o forzada si a veces para evitar mayor violencia, para sobrevivir al ataque, en un punto la resistencia cede? Es una palabra contra la otra: y la policía y ciertos jueces y juezas pareciera que prefieren estigmatizar a esas mujeres antes que creerles. Ni siquiera se investigó en profundidad su versión de los hechos. Para la Justicia jujeña, Tejerina fue una mentirosa.
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En Jujuy, Romina Tejerina fue condenada a 14 años de cárcel en 2005 por matar a la beba que acababa de dar a luz, después de ocultar el embarazo, que ella dijo –y ni la policía ni la Justicia le creyó– había sido producto de una violación perpetrada por un vecino. ¿Cómo probar si una relación sexual fue consentida o forzada si a veces para evitar mayor violencia, para sobrevivir al ataque, en un punto la resistencia cede? Es una palabra contra la otra: y la policía y ciertos jueces y juezas pareciera que prefieren estigmatizar a esas mujeres antes que creerles. Ni siquiera se investigó en profundidad su versión de los hechos. Para la Justicia jujeña, Tejerina fue una mentirosa.
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