El Programa Las Víctimas Contra Las Violencias del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, con la coordinación de la Dra. Eva Giberti, tiene como finalidad principal poner en conocimiento de la víctimas cuáles son sus derechos para exigirle al Estado el respeto de los mismos y la sanción de las personas violentas que la hayan agredido. De este modo, se busca que la víctima supere su pasividad y reclame por sus derechos.

viernes, 22 de julio de 2011

"El falso turismo"


Publicado en Diario Zeta. "Sociedad"
Jueves, 21 de Julio de 2011.

Quienes contamos cómo su­ceden estos hechos y cuál es el protagonismo de nuestros niños y niñas, nos convertimos en personas que despiertan incredulidad. "¿Los turistas que llegan al país vienen en busca de chicos para abusar de ellos?" preguntan asom­brados. Explicamos: "No. El turismo que llega desde otros países está dispuesto a conocer­nos. Entre ellos se infiltran pedófilos y sujetos que aprovechan la distancia con su propio país y avanzan en busca de niños y niñas que algu­nos explotadores pueden ofrecerles...".

Entonces se trata de describir aquello que un significativo número de compatriotas se niega a reconocer, porque resulta incómodo darse cuenta de que los rufianes que pululan en las cercanías de los hoteles, de los desem­barcaderos y en los alrededores de lugares tu­rísticos, donde aparecen con niños y niñas que no están jugando entre ellos, sino esperando ser convocados. De repente alguien recuerda: "¡Ah sí! Ahora que lo pienso... En Brasil yo me di cuenta de que sucedía algo así... también en Cuba... "Sí, entre nosotros también."

Niños y niñas, incluyendo adolescentes, víctimas de explotación sexual comercial, se­gún los cánones de las mafias que se ocupan de reclutar a las criaturas para ponerlas al ser­vicio de quien paga en dólares o en euros.

En el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos mediante la actividad de la Briga­da Niñas, que depende del Programa Las Victimas contra las Violencias, comenzamos una campaña de sensibilización que tiene por objeto advertir a toda la ciudadanía que este delito existe en una dimensión que has­ta ahora permaneció oculta. No podemos esperar que la población conozca el sistema que utilizan las redes de pedófilos que, ins­taladas internacionalmente, intercambian y distribuyen datos, direcciones y fotografías de los niños y las niñas "disponibles" en el país. Cuando uno de ellos desembarca, tiene asegurada a su víctima y conoce la cotiza­ción, del mismo modo que sabe cómo pro­ceder para no ser descubierto.

En este sentido, las redes de hoteles res­ponsables han adherido al Código de Conducta Etica creado por los dueños de los hoteles para mantenerse alerta si algún adulto intenta ingre­sar en su habitación con una criatura ajena.

Pero no alcanza como protección para nuestros niños y niñas. Precisamos la mirada atenta de quienes hasta ahora no sospecha­ban que este delito está instalado en todo el país y que, ante alguna conducta que pudie­ra entenderse como extraña, por parte de al­guien que no viaja por razones turísticas, sino para aprovechar "la oportunidad" que le ofre­ce una población distraída, llame por teléfono al 0800-222-1717 y nos cuente qué le parece haber visto.

http://www.diarioz.com.ar/nota-el-falso-turismo.html

"Mío es su último sangrado"

Sacralización popular de un femicidio serial: es caso Barreda. “El primer punto reside en ponerle nombre específico a este delito –advierte la autora–. Nominarlo femicidio significa rastrear la mano masculina detrás del crimen. Implica verbalizar, politizándola, la vocación misógina asociada con tradiciones patriarcales, que consiste en apropiarse de la vida y la muerte de las mujeres.”

Por Dra. Eva Giberti.
Coordinadora del Programa Las Víctimas Contra Las Violencias
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos

Publicado en Página/12. "Psicología"
Jueves, 21 de Julio de
2011.

El primer punto reside en ponerle nombre específico a este delito. Nominarlo femicidio significa rastrear la mano masculina detrás del crimen. Implica verbalizar, politizándola, la vocación misógina asociada con tradiciones patriarcales, que consiste en apropiarse de la vida y la muerte de las mujeres. Al decir de Celia Amorós: “Lo que ahora está sobre el tapete son las ventajas epistemológicas y políticas de singularizar conceptualmente el femicidio idiosincrático”. Se trata entonces de avanzar, como se viene sosteniendo desde el feminismo, en una teoría crítica de la sociedad que se ocupe de las relaciones entre los géneros globalizados y posglobalizados. Para lo cual precisamos abrir otro canal: hoy se mata en otro mundo. Es un mundo en el cual los transgéneros están en superficie y los dualismos bipolares han caducado. O sea, cuando afirmamos “un hombre mata una mujer” mantenemos esa polaridad convencional que la presencia de las subjetividades e identidades de los transgéneros han desordenado. No obstante, al decirlo de ese modo incorporamos, en la semiosis social, mediante ese estrechamiento discursivo (el que produce la bipolaridad), el giro lingüístico claro y rotundo: un hombre mata a una mujer. Es la palabra compaginada para que nos escuchen. Lo llamaremos asesino, por convención semántica. Pero no se trata de asesinar, sino de matar mujeres, que no es un giro lingüístico intercambiable con mentar el asesinato.

El femicidio como delito con entidad propia visibiliza, de manera estridente, la relación simbólica que anuda al homicida con las ideologías patriarcales de la ciencia del derecho. Por una parte, acerca del disvalor de las mujeres que impregna intensamente la codificación de nuestras leyes y los contenidos de las sentencias. Por otra parte, la relación simbólica del homicida con esas sentencias y deslizamientos del Derecho que se cotizan en impunidades, “falta de pruebas” y libertades condicionales.

Paralelamente, precisamos irrumpir mostrando las estadísticas que evidencian la cantidad de mujeres asesinadas, estadísticas con las que no contamos si se exceptúan los aportes de las agencias periodísticas, pero la cifra arriesga opacar la mirada y la acción sobre el imperio que la misoginia ha construido. Porque en esta índole de relación entre hombres y mujeres se reproduce el fenómeno antiguo de la caza reiteradamente asociada con la violación.

La sangre y su interfase
El varón en tanto cazador está decidido a verter la sangre de la víctima. La sangre es un capital de las mujeres, ceñido al ciclo menstrual y a la pretensión del himen virginal. Se establece entonces el isomorfismo entre la sangre que producimos las mujeres y el derramamiento mortal del femicidio.

Al matar, el femicida irrumpe en este circuito vital de la intimidad corporal creando su propio vertedero de sangre que habrá de coagularse con el transcurrir de las horas y genera de este modo una interfase, ya que expone brutalmente a su víctima a las miradas de la policía, los médicos y el periodismo. Interfase que no se menciona como tal y en la que se ingresa mediante las miradas de las fotos que ilustran los hechos. Es el triunfo maníaco de su obra que, con las fotografías escaneadas en la intimidad de los laboratorios de criminología o públicamente, multiplica de manera obscena el efecto de las heridas resecas. Triunfo maníaco porque consolida su último dominio: “Mío es su último sangrado”.

Las teorías y aportes sociológicos y psicológicos acerca del femicidio reconocen el abuso de poder, el despotismo, la misoginia y sus derivaciones sociopolíticas. Precisan, aunque no todas lo mencionen explícitamente, la presencia de un cuerpo de mujer que siempre fue la prenda para el triunfo masculino. En violación y femicidio, los dos ataques máximos a la integridad de un ser humano. Ambas penetran de manera irreparable en el cuerpo de la mujer.

Teniendo en cuenta el valor de símbolo que acompaña la presencia o mención de la sangre en la mujer a la que históricamente se le instituyó valor de maleficio, también se la describió como suciedad adosada al misterio de esa fuente escondida.

El género masculino se campeoniza en lograr lo irreparable dentro y sobre esos cuerpos de mujeres que constituyen el cebo para el triunfo: no hay vuelta atrás una vez que violaron y mataron. Una vez que se vertió sangre algo está roto. No en vano, los griegos prohibían el derramamiento de sangre al matar a una mujer. Así lo escribe Nicole Loreaux: “Para la mujer, la sangre es cotidiana; al morir debe evitar derramarla (...). y suspenderse en el aire, estrangulada, como Yocasta. El hombre muere en la batalla, escindido por la espada y vertiendo su sangre: Jamás un hombre elige colgarse, aunque alguna vez lo pensara, siempre en la tragedia griega, un hombre se mata como hombre. Para una mujer, en revancha, la alternativa queda abierta: buscar en el nudo de una cuerda un final bien femenino o apoderarse de la espada –como Deyanira– para robarles a los hombres su forma de morir...”

¿Cuál es y cómo es la rabia y el terror de quien no es asesino, sino es aquel que elige matar a una mujer? Con uno que mata ¿cuántos otros gozan?

El caso Barreda
¿Cuántos comparten esa pulsión de poder con perspectiva femicida? Imposible conocer el venero masculino, pero sí es posible analizar la obscenidad que determinadas producciones en Internet consagran. Por ejemplo: En mi país se creó un modelo que concentró la caza dentro del territorio del victimario (su casa) cuando asesinó, sucesivamente y en los parámetros del mismo horario a su esposa, a su suegra y a sus dos hijas de 24 y 26 años, respectivamente. Asesinato serial y doméstico. Suficientemente conocido en nuestro país.

En sus declaraciones ante el juzgado sostuvo que estaba harto de padecer humillaciones provenientes de estas cuatro mujeres, quienes lo apodaban, diariamente, con el sobrenombre de “Conchita”, para humillarlo. Es decir, lo “transgeneraban” ofensivamente otorgándole rango anatómico vulvovaginal. Lo transformaban semánticamente en mujer, fatalmente, sin menstruación.

El apelativo Conchita asocia el nombre de este genital de la mujer con una sexualidad denigrada, abarcativa de todas las funciones genitales. La enlaza con la pasividad y con la castración, que serían las descalificaciones con las que sus víctimas lo humillarían. Lo cual no deja de resultar extraña, tratándose de cuatro mujeres que eligieran, para agraviarlo, una extensión de sus propias anatomías. Nunca sabremos si realmente Conchita era el insulto que recibía. Eso fue lo que declaró. Y el imaginario social y popular entendió que había sido agraviado por esas cuatro mujeres que al nombrarlo sustituían el falo por la hendidura.

Buscó silenciar las voces que, según sus dichos, le habrían ordenado “andá a podar la parra que es para lo único que servís”. Parra, la vid que crecía en el patio posterior de la casa. Buscó la tijera podadora y al hacerlo encontró, guardada, la escopeta calibre 16.5 que su suegra le había regalado al regresar de su viaje a España. En ese momento –dijo– decidió el asesinato serial.

¿Sucedió de este modo? ¿Por qué la parra se introduce en esta escena? ¿Cuál fue la bíblica función de la hoja de parra? Cubrir los genitales de Adán y los de Eva, después de haber violado la ley divina.

¿Existió realmente ese mandato en la voz de las mujeres? La parra sin duda existía y si la menciono, se debe a que en la imagen de Barreda en la estampita que lo glorifica y circula por Internet, la tijera de podar ocupa un lugar privilegiado. Forzar las coincidencias excede esta presentación, pero los genitales alterados (conchita refiriéndose a un varón) en la discursividad que Barreda organiza y selecciona para presentarse entre el tribunal, se enreda con los rizomas de la vid, que no es una presencia ingenua en el mito bíblico que aparece como transfondo bizarro en este múltiple femicidio. Porque al fin y al cabo, la vulgarización del mito bíblico apuesta a la parra en relación con los genitales. Y la genitalización –verbalizada como “conchita”– forma parte de los documentos periodísticos con los que contamos para informarnos acerca del delito. Escopeta y tijera de podar son los dos atributos que exhibe en sus manos el femicida, gracias al talento imaginativo de quien diseñó esa estampa de San Barreda, que transparenta mucho más de lo que quizá se propuso. Y que resaltaría muy extenso desanudar interpretativamente. Además de riesgoso.

Desde este análisis sólo tendríamos un asesino serial y cuatro femicidios agravados por el vínculo. La novedad, en territorios de la icónica y de la discursividad social, reside en la estampita, la imagen santificada del sujeto que comenzó a circular por los medios y en Internet utilizando su foto, añadiéndole una oración, y solicitándole “protección” contra las mujeres despóticas. Además de las listas y “clubes” dedicados a sacralizarlo. (Cabría reflexionar si no estamos ante el delito de inducción al femicidio.)

El objetivo es crear una representación mental que naturalice el crimen, teniendo en cuenta que las representaciones se producen y recrean en la interacción social, de allí el interés en difundirlas por los medios e Internet.

La novedad que implica este cuádruple femicidio se asimila al sistema de significaciones y significados que tienen quienes crearon la estampita acerca de las mujeres, dicho de otro modo, esta novedad femicida verifica el discurso dominante acerca de las mujeres, particularmente acerca de lo insoportables y violentas que somos. De quienes es preciso defenderse al precio del homicidio.

Cabe interpolar la idea del goce corporal que puede haber suscitado el conocimiento de este cuádruple crimen en determinados sujetos, la resonancia corporal, por identificción masiva con el acto de matar mujeres, quizás anticipando en el deseo de algunos. Pero este resonador personal no sería suficiente para intentar una descripción y explicación en un nivel más abarcativo la creación de una representación social que aliente los femicidios al naturalizar el hecho de matar porque “ellas me maltrataban”. La comunidad instala un valor ajeno al preexistente: no matarás, sustituyéndolo por “siempre y cuando que no se trate de mujeres molestas”.

Tanto la pléyade de opiniones a favor y en contra del sujeto, propiciada por los medios de comunicación, así como la circulación de la estampita instalan un proceso de familiarización con el crimen de mujeres a punto de tornar inteligible lo sucedido porque “ellas lo maltrataban”, según las declaraciones del homicida.

¿Habría contraprueba posible?

La santificación popular del asesino promueve al femicida al rango de protector de los varones frente a los ataques malévolos de las mujeres. Ante lo extraño e incomprensible y aun intolerable del suceso, la comunidad busca adaptar lo ocurrido creando debates alrededor de lo intolerable y organiza respuestas –la estampita es una de ellas– desde el discurso misógino. Lo cual la transforma en una comunidad peligrosa para las mujeres. A pesar de las legislaciones referidas a sus derechos.

La estampita podría considerarse un hecho fortuito y coyuntural, si no contáramos con las evidencias de femicidio. Y las conductas que podemos considerar anticipatorias atentas/os al incremento de pedidos de ayuda que recibimos en la línea 137 y el contacto cotidiano con mujeres amenazadas de muerte. O sea, tanto los debates cuanto la estampita constituyen una periferia de los femicidios cuya importancia reside, justamente, en su construcción como periferia acompañante del crimen instituido por algunos miembros de la comunidad.

Al decir de Carlos Rozanski: Esa cultura histórica de violencia e impunidad es la característica más importante del femicidio, que la diferencia del resto de los homicidios. Eso, a su vez, condiciona a los operadores, que influenciados por aquellos mitos, estereotipos y prejuicios de género que atraviesan el fenómeno realizan intervenciones que con frecuencia favorecen a los asesinos y contribuyen a la impunidad. Una de las maneras más tradicionales en que se evidencia esa tendencia es tratar los casos e investigaciones como si fueran delitos comunes y sin características tan específicas (...) Cada vez que se comprueba que la mayoría de los femicidios tienen atrás una historia previa de denuncias y pedidos desesperados de ayuda nunca respondidos por quienes tienen la obligación de hacerlo, el acto se repite.

* Este texto recorta alguno de los temas expuestos en la conferencia “Femicidios en Argentina. Aportes y análisis de la sacralización popular de un femicidio serial: el caso Barreda”. Lo expuse en el Congreso "Género, Feminismo, Diversidades", invitada por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Costa Rica, Instituto de Estudios de la Mujer. 20 de junio de 2011.


jueves, 14 de julio de 2011

VISIÓN SIETE: Prohíben avisos de oferta sexual


VISIÓN SIETE: Prohíben avisos de oferta sexual.

Discurso de la señora Presidenta de la Nación, Dra. Cristina Fernandez de Kirchner.

http://www.youtube.com/user/TVPublicaArgentina#p/u/0/ZQ7QwYhHOys

"Es un cambio de paradigma"

Por Carlos Rozanski
Publicado en Página/12. "El País"
Miércoles, 06 de Julio de 2011.

Aunque no esperaba que sucediera, el decreto “tiene sentido una vez que uno se entera, porque es coherente con otras áreas de política de género que se están llevando adelante”, señaló el juez de Cámara Federal y presidente del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 1 de La Plata, Carlos Rozanski.

“Así como se está discutiendo el tema del aborto, como se resolvió el matrimonio entre personas del mismo sexo, sucede esto”, que “no es necesariamente patrimonio del Gobierno, sino que son movimientos de la sociedad civil que la gestión impulsa, no son imposiciones, sino procesos sociales”.

Está transcurriendo “un cambio de paradigma en derechos humanos, amparado por convenciones internacionales y la Constitución”. Esos cuerpos legales “marcan un hilo común, y este paradigma actual es distinto al anterior porque, como sucede con el niño, convierte a la mujer en sujeto de derecho”.

“Se está viviendo una época en la cual aquellos grupos vulnerables, históricamente maltratados y abusados, ven reconocidos sus derechos. En esta etapa, esa teoría que es la Constitución nacional se está transformando en práctica. El paradigma anterior, que era de abuso y maltrato, siempre fue apañado por maltratadores y abusadores y quienes hacían negocio con ese maltrato. Eso creó una doble moral: había leyes prohibiendo determinadas cosas, como la trata, pero se acompañaban con acciones.”


"Una batalla cultural"

Por Perla Prigoshin.
Publicado en Página/12. "El País".
Miércoles, 06 de Julio de 2011.

En adelante, se trata de “una batalla cultural” para la cual hay consenso social, porque “la opinión pública claramente no va a estar a favor de defender el Rubro 59, sabiendo que está vinculado a las redes de explotación sexual”, dijo la abogada Perla Prigoshin, responsable de la Comisión Coordinadora de Acciones para la Elaboración de Sanciones de la Violencia de Género. Es un signo más del momento de grandes debates que se está dando la sociedad argentina, continuó.

“La sociedad está debatiendo, y tiene que debatir, estos temas. Es igual que ante el aborto: la sociedad lo debate, la mayoría está de acuerdo en despenalizar, lo dicen las encuestas”, pero sin embargo pequeños espacios de lobby “salen a sostener otra cosa que no es real ni está en la opinión pública. Pero la sociedad no va a acompañar una defensa” de esos avisos.

La decisión en torno de los espacios publicitarios de la prostitución en los medios de comunicación, cree Prigoshin, esperó porque tomarla implicaba desafiar intereses poderosos. “Un millón de razones, porque un millón de pesos por mes es lo que dejan estos anuncios en grandes medios nacionales que lucran con ellos aunque después publiquen artículos denunciando la trata.”

“Enfrentar eso es una decisión que requirió valentía. Durante muchos años los políticos varones no tuvieron lo que había que tener para definir esto. Ahora vino una mujer que lo hizo.”


martes, 12 de julio de 2011

"Romper la hipocresía"

Por Eva Giberti.
Coordinadora del Programa Las Víctimas Contra Las Violencias.
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.

Publicado en Página/12. "El País"
Miércoles, 06 de Julio de 2011.

“Hay que romper la barrera de la hipocresía. Ese es el desafío que plantea” el decreto 936, señaló la psicoanalista Eva Giberti mientras el Salón de las Mujeres Argentinas todavía bullía de fervor.

La norma, rescató la responsable del Programa Las Víctimas Contra Las Violencias, evidencia “una maduración del tema”, a partir de distintos ejes, como la existencia de la ley contra la trata y el reconocimiento de que es posible “unir la existencia del Rubro 59 con la esclavitud sexual”.

“Es como lo ha mostrado el video (con que comenzó el acto en la Casa Rosada): los grandes medios publican en tapa ‘luchemos contra la esclavitud sexual y la trata’ y publican artículos sobre eso, pero al mismo tiempo ofrecen avisos vinculados con la explotación sexual inclusive de niños. O por lo menos recurren constantemente a esos motes: ‘bebota’, ‘escolares’, y de ese modo se involucran en prácticas prostibularias y con eso ganan mucho dinero. Para eso sirven las prácticas prostibularias: para ganar dinero.”

Pero la misma sociedad que sostuvo hasta ahora la hipocresía, tiene ante sí, dijo Giberti, el desafío de “enfrentar la paradoja, y puede hacerlo, porque socialmente hay que acomodar con argumentos lógicos y morales la capacidad reflexiva ciudadana”.

A esto que ahora comienza, cree Giberti, han aportado “los distintos movimientos de mujeres y las mujeres espontáneas, que han sido hábiles, lúcidas y han sabido generar clima de opinión”.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/171625-54547-2011-07-06.html

"Golpe al soporte publicitario de la trata"


En un acto llevado a cabo en el Salón de las Mujeres, Cristina Kirchner firmó el decreto que entrará en vigencia en los próximos días. Dijo que esos avisos fomentan la trata y denigran a la mujer. La medida fue aplaudida por organizaciones y personalidades.


Por Mariana Carbajal.
Publicado en Página/12. "El País".
Miércoles, 06 de Julio de 2011.


La presidenta Cristina Fernández de Kirchner firmó ayer un decreto que prohíbe en todo el país la publicación de avisos de comercio sexual. La medida apunta a combatir la trata para explotación sexual –que puede estar encubierta en los anuncios– y a mitigar la discriminación que produce ese tipo de clasificados, al denigrar la condición femenina y contribuir a que persista la idea de la mujer como un mero objeto de consumo sexual. La jefa de Estado se preocupó por aclarar que “no es una condena a las mujeres” que “son objeto de este comercio” sino “a los medios” que publican los avisos y “a los que instrumentan” la explotación sexual. La iniciativa afectará a numerosos diarios nacionales y provinciales que facturan abultadas cifras por esos clasificados.

“Con la firma de este decreto hemos dado un gigantesco paso no solamente en la lucha contra la trata de personas”, sino también “contra la discriminación, porque la oferta sexual, fundamentalmente publicada en el rubro 59, no solamente es un vehículo en la comisión del delito de trata de personas, sino también es una profunda discriminación hacia la condición de la mujer”, señaló la Presidenta. CFK criticó además “la doble moral y la hipocresía” de ciertos medios que en sus primeras planas denuncian el problema de la trata y en las páginas de clasificados “lucran” con los avisos de oferta sexual que les dejan “pingües ganancias”.

Al inicio del acto se pasó un video donde se mostraron artículos de Clarín que reclamaban medidas contra la trata y luego numerosos anuncios de su famoso rubro 59, de avisos de comercios sexual.

La mandataria firmó el decreto en el Salón de las Mujeres, de la Casa Rosada, secundada por el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y los ministros de Justicia y Derechos Humanos, Julio Alak; de Interior, Florencio Randazzo, y de Desarrollo Social, Alicia Kirchner. A un costado estaban otros ministros de su gabinete. En la primera fila la aplaudió Susana Trimarco, madre de Marita Verón, la joven tucumana desaparecida a manos de mafias de la prostitución, emblema de la lucha contra la trata en el país; a su lado estaba Eva Giberti, titular del Programa Las Víctimas contra las Violencias, de quien dependió originalmente la Oficina de Asistencia a Personas Damnificadas por el Delito de Trata, que depende del Ministerio de Justicia. Muy cerca de ellas, el juez federal de La Plata, Carlos Rozanski, y la abogada Perla Prigoshin, titular de la Comisión de Acción para la Elaboración de Sanciones de la Violencia de Género. Este organismo se encargaría de recomendar un régimen de sanciones a la violación del decreto, que debe establecer el Ministerio de Justicia.

El salón, que homenajea a mujeres reconocidas por la historia, estaba colmado de integrantes de ONG que trabajan por los derechos de las mujeres, y de activistas por la diversidad como Lohana Berkins, y la pareja formada por Alex Freire y Jose María Di Bello, primer matrimonio igualitario, que celebraron eufóricamente el anuncio. La prohibición de los avisos de comercio sexual es un reclamo de amplios sectores del movimiento de mujeres. La medida será de aplicación en todo el país. El decreto, que lleva el Nº 936, se publicará en los próximos días en el Boletín Oficial. La norma crea además una Oficina de Monitoreo de la Publicación de los Avisos de Oferta de Comercio Sexual en el ámbito del Ministerio de Justicia, que deberá vigilar el cumplimiento del decreto en forma articulada con la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (ex Comfer), que encabeza Gabriel Mariotto, y el Consejo Nacional de las Mujeres. El decreto –al que tuvo acceso este diario– establece los pasos a seguir para la sanción a los medios que no cumplan con la prohibición.

El Gobierno se hizo eco de la preocupación de diversas organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres que vienen planteando que los avisos hot pueden encubrir situaciones de trata, proxenetismo y explotación sexual de menores. De esa forma, algunos diarios –y revistas– pueden ser soporte y cómplices de mafias de trata y de prostitución. Pero al mismo tiempo, señalan las ONG, los contenidos e imágenes de los anuncios denigran a las mujeres, reafirman el estereotipo de la mujer-objeto sexual, transmiten la idea de un género femenino servil. Página/12 publicó en los últimos tiempos varias notas que dieron cuenta de ese debate. La última de ellas, el domingo pasado. A esos aspectos de los clasificados se refirió CFK. Y se ganó una ovación del público (ver aparte).

Textualmente el decreto 936 dice: “Se prohíben los avisos que promuevan la oferta sexual, con la explícita o implícita referencia a la solicitud de personas destinadas al comercio sexual por cualquier medio, con la finalidad de prevenir el delito de trata de personas con fines de explotación sexual y la paulatina eliminación de las formas de discriminación de las mujeres”.

La normativa se fundamenta en la Ley 26.364 de Prevención y Sanción de la Trata de Personas, en vigencia desde 2008, que en su artículo 4 determina que existe explotación –entre otros supuestos– cuando se promueve, facilita, desarrolla o se obtiene provecho de cualquier forma de comercio sexual. Y también en la ley 26.485 de protección integral contra la violencia hacia las mujeres –aprobada en 2009 y reglamentada en 2010–, que establece que el Consejo Nacional de las Mujeres deberá disponer acciones coordinadas con otras jurisdicciones para “prevenir, sancionar y erradicar la difusión de mensajes o imágenes” en medios de comunicación que “estimulen o fomenten la explotación sexual de las mujeres”. Otros fundamentos jurídicos son diversos tratados internacionales incorporados a la Constitución nacional.

En el Congreso, la diputada de la Coalición Cívica Fernanda Gil Lozano había presentado en 2010 un proyecto que contemplaba la limitación de esos anuncios, pero no llegó a tratarse. Este año, en la provincia de Buenos Aires, la diputada radical Cecilia Moreau presentó una iniciativa en el mismo sentido. Otras propuestas en legislaturas provinciales y comunales apuntaban a prohibir que se diera pauta oficial a los medios que los publicaran.

En España el tema se instaló como debate nacional en 2009. El Consejo de Estado, órgano superior de consulta del Gobierno, emitió un dictamen favorable al establecimiento de la prohibición de ese tipo de publicidad. En la Argentina, la Presidenta resolvió prohibirla por decreto.


Spot Publicitario LINEA 137

Spot Publicitario de la Línea 137 - Programa Las Víctimas Contra Las Violencias.
Participación de Guillermo Francella.

"En el nombre de la madre"

Autorizan a poner a un niño el apellido materno antes que el paterno.
En un fallo sin precedentes, la Justicia rosarina declaró inconstitucional la norma que privilegia el apellido del padre por sobre el de la madre al inscribir a un niño. Un proyecto que promovía cambiar la ley perdió estado parlamentario.

Publicado en Página/12. "Sociedad"
Sábado, 04 de Junio de 2011.

Un tribunal santafesino declaró inconstitucional el artículo de la llamada Ley de Nombres que obliga a privilegiar el apellido del padre por sobre el de la madre a la hora de inscribir a los hijos en el Registro Civil. La resolución fue dictada en el marco de una demanda de filiación iniciada por la madre de un niño de 4 años a quien su padre no reconocía. Luego de que las pruebas biológicas demostraran su paternidad, el hombre accedió al reconocimiento, pero a condición de que el chico llevara su apellido antes que el de la madre. El Tribunal de Familia Nº 5 de Rosario rechazó de plano la pretensión. En primer lugar, declaró inconstitucional, por ser discriminatorio contra las mujeres, el párrafo de la Ley 18.248 que estipula la preeminencia del apellido paterno. En segundo, privilegió el derecho a la identidad del niño, quien ya ha constituido una vida social, en sus cuatro años de vida, con el apellido materno.

“Es una sentencia de fondo y es clara: los jueces consideraron discriminatorio e inconstitucional ese aspecto de la ley”, señaló la abogada Marisa Malvestiti, quien representó a la madre del niño en la causa. En los próximos días, el Registro Civil sumará al niño, como segundo apellido, el de su padre biológico. La resolución no tiene precedentes.

La causa había comenzado en abril del año pasado, como “un caso de filiación extramatrimonial”, explicó Malvestiti. Desde que el niño había nacido, su padre se negaba a reconocerlo, por lo que la madre llevó el asunto a la Justicia. “Cuando el padre contestó la demanda, mantuvo que no estaba seguro de ser el padre del chico. Pero sí se aviene a someterse a un estudio de ADN.” En septiembre de 2010, el resultado confirmó la paternidad. “Pero el padre no procede a hacer el reconocimiento administrativo en el Registro Civil. Y plantea, fundado en la Ley de Nombres, que si la mamá quiere mantener el apellido suyo como del niño, éste sea colocado en segundo término. Es decir, quiere que el chico lleve en primer término su apellido y después el de la mamá.”

El padre del chico sustentaba su pedido en el segundo párrafo del artículo 5 de la Ley de Nombres: En caso de que un hijo extramatrimonial sea reconocido “por ambos (progenitores), sea simultánea o sucesiva, adquiere el apellido del padre en la forma dispuesta en el artículo anterior”, según el cual se privilegia “el primer apellido del padre”. En esa instancia, Malvestiti planteó “que se declare la inconstitucionalidad, por violar los pactos y las convenciones internacionales con rango constitucional” de ese privilegio a la hora de inscribir los apellidos.

“Pedimos que a este niño, que es hijo biológico en filiación extramatrimonial del demandado, se lo inscriba manteniendo primero el apellido de la mamá y después el del papá.” Ese pedido encontró resolución favorable en el Tribunal integrado por Ricardo Dutto, Marcelo Molina y Sabina Sansarricq.

“Consideramos que(la ley) discriminaba a las mujeres en los casos de niños nacidos de parejas extramatrimoniales o que convivían, al obligar a poner el apellido del padre primero”, explicó el juez Molina.

El fallo no tiene precedentes en la jurisprudencia nacional. “No hay antecedentes de que a un niño de tan corta edad se le autorice a mantener el apellido de la mamá en primer lugar y luego el del padre”, aseveró la abogada, quien también señaló que la Ley de Nombres, que data de 1968, “es bastante antigua”. El Ejecutivo había enviado un proyecto en 2008 para contemplar casos como el de Rosario.Tenía dictamen favorable, pero en 2010 el proyecto perdió estado parlamentario.