El Programa Las Víctimas Contra Las Violencias del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, con la coordinación de la Dra. Eva Giberti, tiene como finalidad principal poner en conocimiento de la víctimas cuáles son sus derechos para exigirle al Estado el respeto de los mismos y la sanción de las personas violentas que la hayan agredido. De este modo, se busca que la víctima supere su pasividad y reclame por sus derechos.

jueves, 12 de enero de 2012

Rufianes y Clientes

Por Eva Giberti. Coordinadora del Programa "Las Víctimas Contra Las Violencias del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.

Publicado en Diario Zeta. "Sociedad". Jueves, 12 de Enero de 2012.

En 1913, Alfredo Palacios impulsó la primera ley de América Latina contra la trata de personas. En 2008, se seancionó la actual Ley de Prevención y Sanción de la Trata de Personas y Asistencia a sus Víctimas. Casi un siglo las separa, y cabe preguntarse por qué los diferentes gobiernos no avanzaron en este terreno. Si existieron diversas iniciativas a lo largo de los últimos años: se creó la Oficina de Rescate y Acompañamiento a Personas Damnificadas por el Delito de Trata, en donde grupos de mujers psicólogas y trabajadoras sociales participan de los allanamientos para que el primer contacto de las víctimas no sea con los hombres de las fuerzas de seguridad. Además, en diferentes provincias, Aníbal Fernández creó divisiones contra la Trata en Gendramería, Prefectura y Policía.

Lo que falta por hacer es inmenso y los obstáculos son muchos. El primer impedimiento es de género: para que exista trata es necesario que existan clientes, y los hombres asisten a los prostíbulos en donde hay esclavas sexuales. Por otra parte, la circulación de dinero permite que la rufianería haga arreglos con determinadas instituciones que deberían estar ocupadas en perseguir el delito. Un tercer punto es que todavía la comunidad no entien que es fundamental asociarse para movilizar el pensamiento y las acciones en favor de corregir la ley de trata, que fue modificada durante su tratamiento en el Senado y tiene un punto muy crítico que es el del consentimiento de la mujer. La víctima es siempre una víctima, no puede pensarse que una persona va voluntariamente a ser esclavizada. También existen casos en donde tras una denuncia judicial los allanamientos se hacen recién varios meses después, cuando el prostíbulo ya dejó de funcionar en el lugar.

Es necesario mantener una alerta permanente: todavía es muy fácil escabullir el tráfico de mujeres de una provincia a otra y aún al exterior. Las rutas son múltiples, hay intercambios con países como México, España, faltan chicas de Chaco, Misiones, Formosa y otros distritos. En la ciudad, la exposición pública de los prostículos es una provocación permanente a la legislación actual acerca de la prostitución.

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