El Programa Las Víctimas Contra Las Violencias del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, con la coordinación de la Dra. Eva Giberti, tiene como finalidad principal poner en conocimiento de la víctimas cuáles son sus derechos para exigirle al Estado el respeto de los mismos y la sanción de las personas violentas que la hayan agredido. De este modo, se busca que la víctima supere su pasividad y reclame por sus derechos.

jueves, 25 de octubre de 2012

"Fueron entregados cual botín de guerra"

EL ALEGATO DE LAS QUERELLAS EN EL JUICIO POR LOS CRIMENES EN LA BASE NAVAL DE MAR DEL PLATA. Las abogadas de Abuelas de Plaza de Mayo se concentraron en los casos de las víctimas embarazadas de ese centro clandestino, que fueron despojadas de sus hijos luego de dar a luz.

Publicado en Página/12. "El País"
Miércoles, 24 de Octubre de 2012.

Por Alejandra Dandan

¿Se puede hablar de mayor o menor crueldad cuando se habla de los centros de exterminio y detención? Existe la tentación de hacerlo ante las mujeres embarazadas, los nacimientos de sus hijos o frente a los niños que pasaron por la experiencia de encierro y tormentos con sus padres. Ese es uno de los escenarios en los que ingresó el alegato de Abuelas de Plaza de Mayo, en Mar del Plata. En el relevamiento de las pruebas sobre el secuestro de un grupo de mujeres embarazadas, de sus compañeros y de los partos, las abogadas se detuvieron a observar a los niños que pasaron por la Base Naval: “Esta incertidumbre respecto de la suerte que pudieran correr los hijos de cualquiera de las víctimas –dijeron– era funcional al aparato represivo y constituía otra forma sádica de infundir el terror”.

Santiago Kraiselburd contó en una audiencia su experiencia de niño. Las abogadas Estela Murgier y Yamila Zabala Rodríguez de Abuelas retomaron parte de su testimonio en el alegato. A Santiago lo subieron al camión en el que también trasladaron a su madre, Patricia Valera. Les taparon las cabezas con bolsas y los llevaron a la Base Naval. Después los llevaron en un auto hasta la ESMA “todavía tabicados con las bolsas”. A Santiago lo reprendieron en el camino porque “con su inocencia de niño, sin medir las consecuencias, intentó sacarse las bolsas para espiar”, dijeron las abogadas. “Fue en la ESMA donde hicieron que se despidiera de su madre, para luego ser abandonado en el Hospital de Niños de Buenos Aires y finalmente concluir su trágico periplo en un orfanato a sus cinco años.”


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