El Programa Las Víctimas Contra Las Violencias del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, con la coordinación de la Dra. Eva Giberti, tiene como finalidad principal poner en conocimiento de la víctimas cuáles son sus derechos para exigirle al Estado el respeto de los mismos y la sanción de las personas violentas que la hayan agredido. De este modo, se busca que la víctima supere su pasividad y reclame por sus derechos.

viernes, 30 de agosto de 2013

"De la ESMA a Sudafrica"

JAVIER PENINO VIÑAS CUENTA COMO SUS APROPIADORES SE MANTUVIERON PROFUGOS DURANTE MAS DE VEINTE AÑOS. Es hijo de desaparecidos, pero mantiene los lazos con la familia del represor que lo crió: Jorge Vildoza. Mandó un documento a la Justicia para intentar favorecer a su apropiadora. Allí relata cómo se escaparon y vivieron en Paraguay, Viena y Sudáfrica. 

Publicado en Página/12. "El País".
14.07.2013

Javier Penino Viñas repartió una copia de la carta durante los últimos meses en distintos juzgados. “Soy Javier Penino Viñas y pido que me escuchen”, escribió. Dejó la carta en los despachos de quienes investigan a su apropiador, el marino Jorge Raúl Vildoza, número dos en la estructura del GT 3.3 de la Escuela de Mecánica de la Armada durante la dictadura. La carta, que por momentos parece el guión de una película de espías de la Guerra Fría, contiene un relato escalofriante sobre el modo en el que los Vildoza se escaparon de Buenos Aires llevándose a Javier cuando comenzaban las denuncias por la apropiación de ese niño. En plena democracia, aparecen agentes secretos de la Armada en Paraguay, correos con dinero o un “set completo” de documentos falsos. “Esto incluía partidas de nacimiento para los tres –dice Javier–, partida de casamiento, pasaportes que parecían ser completamente oficiales, DNI, cédulas de identidad y hasta registro de conducir y calificaciones de ingeniero-técnico electrónico” para Vildoza. El relato incluye una estadía en Viena, el pase a Sudáfrica y una Armada forjada con los códigos de la dictadura que siguió viva moviéndose como cofradía por el mundo.

Javier conoció su verdadera identidad en 1998, pero aún se encuentra bajo la órbita vincular de sus apropiadores. Escribe la carta para suavizar las responsabilidades del viejo Vildoza –que para la Justicia está prófugo desde hace más de dos décadas, pero Javier lo da por muerto y “cremado” en 2005–, pero sobre todo busca mejorar la situación judicial de la esposa del marino que está presa y del grupo de empresas ligadas a esa familia, investigadas por el robo de bienes a los desaparecidos. La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) es uno de los organismos que investigan esa línea. En la causa abierta en el juzgado de Norberto Oyarbide respondieron la carta de Javier: “El consentimiento que da la víctima de un delito de acción pública de ninguna manera neutraliza la maniobra delictiva –explicaron–, y más tratándose de delitos de lesa humanidad”.

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