El Programa Las Víctimas Contra Las Violencias del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, con la coordinación de la Dra. Eva Giberti, tiene como finalidad principal poner en conocimiento de la víctimas cuáles son sus derechos para exigirle al Estado el respeto de los mismos y la sanción de las personas violentas que la hayan agredido. De este modo, se busca que la víctima supere su pasividad y reclame por sus derechos.

martes, 24 de julio de 2012

"El mapa y el territorio"

Publicado en Página/12. "Suplemento LAS12: Visto y Leído"
Viernes, 20 de julio de 2012

El cuerpo, único espacio de libertad dentro de la cárcel, es el eje del libro Tinta Libre, fotografías de mujeres presas realizadas en la Unidad 5 de Rosario.

Por Sonia Tessa

Nacido del trabajo que desarrolla el colectivo Las Juanas, hoy Mumalá, esta experiencia nació en 2008, cuando ese colectivo comenzó a trabajar en la cárcel de mujeres. “Pasadas todas las puertas y las rejas, nos encontramos con las chicas. A primera vista confirmamos algo que no es novedad, y que es coincidente con el resto de las cárceles del país: la población proviene de villas y barrios humildes. Las presas son mujeres pobres”, escribe Gabriela Sosa, coordinadora del Colectivo, en el primero de los pocos textos escritos que integran el libro. “Palabras, dibujos, señales con tinta y elementos caseros en la piel de las mujeres presas. ¿Qué expresaban las marcas en el cuerpo? ¿Qué contaban? ¿Por qué aparecen, mutan y se reproducen en el encierro?”, sigue el texto. Con esas preguntas, convocaron al fotógrafo rosarino Héctor Río, que multiplicó la invitación a “un equipo de artistas que de manera solidaria no sólo aportó materiales y herramientas de trabajo, sino que puso el cuerpo, semana tras semana, de junio a diciembre de 2010, retratando las historias grabadas en la piel de las chicas del penal”.

Plasmado en un libro de 76 páginas, el núcleo son las fotos pero, curiosamente, lo primero que se ve de las internas del penal es una poesía, el poema de Ana llamado “Las marcas en el cuerpo”. “Las marcas de esta mujer que escribe,/ mi color, es de sangre y dolor./ Cómo borrar las marcas de mi alma,/ y de mi corazón”, dice. Ana vivió una historia de violencia de género que ella terminó de manera trágica.

Las fotos constituyen mucho más que una cartografía de la piel de las presas. Cada uno y cada una de las fotógrafas convocadas puso su mirada para que esos tatuajes mostraran un “más allá”.

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