El Programa Las Víctimas Contra Las Violencias del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, con la coordinación de la Dra. Eva Giberti, tiene como finalidad principal poner en conocimiento de la víctimas cuáles son sus derechos para exigirle al Estado el respeto de los mismos y la sanción de las personas violentas que la hayan agredido. De este modo, se busca que la víctima supere su pasividad y reclame por sus derechos.

martes, 24 de julio de 2012

"¿Feminismo punitivo o abolicionista?"

Publicado en Página/12. "Suplemento LAS12: Resistencias"
Viernes, 13 de julio de 2012

La discusión en el Congreso de la Nación sobre la inclusión del femicidio en el Código Penal es criticada por el abogado Maximiliano Postay, del grupo Locos, Tumberos y Faloperos. El asegura que el feminismo punitivo se equivoca en intentar a través de la cárcel y el sistema penal la solución a la violencia de género.

Por Luciana Peker

La indignación por una mujer muerta, un asesino con una pena atenuada, un padre que no paga alimentos o un violento que viola la exclusión del hogar es legítima. Pero el pedido de mayores condenas, de que más hombres o por mayor tiempo vayan a la cárcel, no de incluir nuevas figuras en el Código Penal –que habitualmente se publican en Las/12– no son el camino para terminar con las formas más duras del machismo, según polemiza el grupo Locos, Tumberos y Faloperos, que busca soluciones alternativas a las formas modernas de encierro –los manicomios, la cárcel, los geriátricos– y que coordina el abogado Maximiliano Postay. “Se confunden la cuestión político-táctica porque intentan solucionar un problema utilizando una herramienta que es causa de ese problema”, cuestiona el abogado, con master en Criminología y sociología jurídico-penal por la Universidad de Barcelona.

Pero, ahora, además un luchador contra lo que denomina “feminismo punitivo”, una forma –según Postay– de legitimar la cárcel desde la perspectiva de género. “Hay que apuntar a intentar mecanismos alternativos de resolución de conflictos para la población mayoritaria del ámbito carcelario. Hoy tenemos 65.000 presos y la mayoría están por drogas y por delitos contra la propiedad sin violencia. Intentemos que se desarrolle un nuevo escenario cultural para que la cárcel no sea la única respuesta a los conflictos que hoy son considerados delitos”, propone.

El debate surgió por la propuesta de penalizar más duramente –como agravante– o crear un nuevo delito con la figura de femicidio. La propuesta ya cuenta con la aprobación en la Cámara de Diputados –en que se estipuló que la pena amplíe la de homicidio– y se encuentra en estudio en el Senado de la Nación. En cambio, esta otra mirada plantea la posibilidad de pensar otras recetas para la inseguridad íntima que no copien el modelo de mano dura articulado en la opinión pública para la inseguridad. Sin embargo, entre la teoría y la práctica faltan opciones –alternativas y tradicionales– para prevenir o erradicar la violencia contra las mujeres. Sin duda, más y nuevas voces para una pregunta que necesita respuesta: ¿Qué hacemos frente a la violencia machista?

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