El Programa Las Víctimas Contra Las Violencias del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, con la coordinación de la Dra. Eva Giberti, tiene como finalidad principal poner en conocimiento de la víctimas cuáles son sus derechos para exigirle al Estado el respeto de los mismos y la sanción de las personas violentas que la hayan agredido. De este modo, se busca que la víctima supere su pasividad y reclame por sus derechos.

viernes, 26 de abril de 2013

"Cambios y continuidades de la Justicia"

Publicado en Página/12. "EL País".
11.02.2013

Por Julián Axat (Defensor juvenil, hijo de desaparecidos y poeta) y Guido Croxatto (Asesor de la Secretaría de DD.HH. de la Nación y poeta)

La discusión sobre los alcances de una política de derechos humanos y su proyección al presente es la clave para evidenciar la continuidad de ciertos dispositivos del hoy que provienen de ayer. Estudiar las reacciones de la corporación judicial ante la violencia institucional es un camino interesante para develar cambios y continuidades. Preguntas incisivas como las siguientes: ¿Cómo se ordenaba el lenguaje de la Justicia cuando desaparecía una persona en 1976, y qué ocurre hoy? ¿Qué elementos se activaban o se activan para el silencio y la impunidad judicial frente a presuntos casos de desaparición de personas?

A partir del 24 de marzo de 1976, la interposición de un hábeas corpus ante la desaparición de un familiar implicaba verdad y riesgo para el firmante. Hay abogados desaparecidos por esa razón. La respuesta de la Justicia se dividía en: rechazo in limine con costas, absoluto silencio, o un burocrático oficio librado por al juez a todas las fuerzas a sabiendas de que retornaba sin datos sobre el paradero del desaparecido. Salvo honrosas excepciones, la maquinaria judicial encubría y obturaba respuestas, aunque más tarde, sin embargo, esos registros fueron la clave para armar historias, abrir los juicios por la verdad, acreditar el daño a resarcir, etc. Por eso aquí aquello que nos interesa es la forma en la que se escabulle la complicidad judicial en el lenguaje del derecho, ya no en los crímenes de ayer sino en los de hoy.

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