El Programa Las Víctimas Contra Las Violencias del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, con la coordinación de la Dra. Eva Giberti, tiene como finalidad principal poner en conocimiento de la víctimas cuáles son sus derechos para exigirle al Estado el respeto de los mismos y la sanción de las personas violentas que la hayan agredido. De este modo, se busca que la víctima supere su pasividad y reclame por sus derechos.

miércoles, 10 de julio de 2013

"Una víctima de la Casa del Angel"

TESTIMONIO DE UNO DE LOS JOVENES QUE SUFRIERON ABUSOS EN UN COLEGIO CATOLICO DE TURDERA. Casi veinte años después, Pablo relata los abusos del encargado de la pastoral del colegio Vicente Pallotti. El ya no era estudiante, tenía 20 años cuando el referente lo manoseó. Su testimonio forma parte del libro que revela el escándalo, hasta ahora oculto. 

Publicado en Página/12. "Sociedad".
21.05.2013

Pablo Zermoglio tiene 39 años, es músico y docente. Es uno de los ex alumnos del Instituto Vicente Pallotti (IVP), de Turdera, que denunciaron en el libro La cacería del ángel, de Sebastián Di Silvestro, haber sido víctimas de abuso sexual por parte de distintos referentes del colegio católico: el cura-rector, el jefe de preceptores y docente de Computación, el encargado de la pastoral y un profesor de Historia, tal como reveló este diario en su edición del domingo. Pablo quiso salir del anonimato con el que aparece en el libro, donde se lo identifica como Chueco, para darles más veracidad a los hechos narrados, que tuvieron lugar en las décadas del ’70, el ’80 y el ’90 en torno del establecimiento educativo, en campamentos, en la casa de la juventud, situada al lado de la iglesia, en la misma manzana del IVP, entre otros escenarios. “En ese entonces yo tenía 20 años, y un tipo, que era un referente para mí, se había propasado, me había manoseado, algo muy confuso mezclado por el vínculo. Creo que a partir de lo que me ha sucedido, mi misión es ponerlo a la luz de la sociedad para que no siga pasando. Soy docente y soy consciente de lo que puede influir un educador frente a sus aprendices, y sobre todo si éstos son adolescentes, un momento en el que están definiendo y construyendo cimientos donde estructurar su futura vida”, dijo Zermoglio ayer a este diario.

Zermoglio vive desde hace dos años en la localidad patagónica de Cipolletti, en Río Negro. En su caso, el episodio tuvo como escenario la casa de Rubio, como se nombra en el libro al encargado de la pastoral del colegio, que llegó a ser representante legal de la institución y estuvo a cargo durante años de la organización de la Semana de la Juventud (SEJU) que se lleva adelante hace varias décadas en septiembre, con alumnos y alumnas de distintas escuelas de la zona. Zermoglio ya había egresado, pero seguía vinculado con el IVP porque había hecho el curso de guía para liderar grupos de estudiantes que iban de campamento a Bariloche, cuando vivió el episodio con Rubio. “La mayor parte de las horas de la cursada las daba Rubio, y Zumbo (el jefe de preceptores) daba el de primeros auxilios. Pero el grueso del curso lo daba él y pensaba ‘Qué copado este tipo. Mirá todo lo que sabe de Bariloche’. Rubio era el referente de todo ese mundo y si yo iba a la Casa del Angel era por eso. No era de quedarme mucho. Pero me acuerdo de haber estado alguna vez en el bulín de Rubio. El tenía uno y Zumbo otro. Recuerdo haber pasado por ahí, haber entrado y que el tipo me sentara en sus rodillas, me abrazara y me hablara de Bariloche”, cuenta Pablo, como Chueco, en el libro. La Casa del Angel en realidad era la casa de la juventud, situada al lado de la iglesia, sobre la calle Padre Bruno. Hoy, en ese mismo lugar, funciona la Academia Pastorcitos de Fátima, donde se dictan cursos para la comunidad. El IVP está situado a la vuelta, sobre la calle General Zapiola.

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